No se habla de otra cosa, como es lógico. El coronavirus está cambiando nuestras vidas y desgraciadamente la mayoría son de forma negativa. En primer lugar y, la más importante, es la afectación que están sufriendo en términos de salud muchas personas y, en segundo lugar, la que afecta a empresas y trabajadores debido a la gran caída de la actividad económica que, en consecuencia, genera un gran efecto dominó.
Como es sabido algunas empresas siguen estando autorizadas a trabajar, otros funcionan mediante el teletrabajo y muchas otras, irremediablemente, han tenido que cerrar.
Dicen, sin embargo, que la adversidad nos hace más fuertes, al menos estos días con la irrupción del Covid-19 en nuestras vidas, podemos decir que sí parece que nos está haciendo más solidarios.
Estamos inmersos en una gran crisis sanitaria, económica y social que nos está llevando a una crisis de valores, de replanteamientos y a la necesidad de encontrar nuevas fórmulas que nos permitan sobrevivir a estas circunstancias y en “humanizar” y dar sentido a este nuevo contexto global. Es por eso que empresas y organizaciones de todo el territorio español y de países de todo el mundo, están creando iniciativas solidarias: muchas han cambiado la producción habitual para la de crear mascarillas para hospitales; otros están realizando donaciones masivas de material sanitario; nos encontramos hoteles que ofrecen reconvertirse en hospitales; empresas que ceden sus instalaciones para darle un nuevo uso; en el sector del transporte se realizan trayectos gratuitos para trasladar personal sanitario, dentro del sector servicios de contenido en streaming y empresas IT estando facilitando infinidad de entretenimiento gratuito para que las personas pasen un confinamiento más llevadero en casa. Y esto sólo por nombrar algunas. Destacar también a nivel individual la multitud de personas que están realizando actividades de voluntariado como hacer la compra a personas mayores o en riesgo de exclusión, otros que fabrican mascarillas y cosen batas desde sus casas,… Todos ayudamos a todos, nos apoyamos y nos solidarizamos. Y aún con todo, encontramos un momento para salir a los balcones y terrazas a aplaudir al gran esfuerzo de la sanidad pública, cantamos canciones y nos reconfortamos en un mismo sentimiento.
Ojalá cuando haya pasado todo, esta ola de solidaridad nos haya ayudado a crear un tejido civil más fuerte que pueda aplicarse a todos los ámbitos de nuestra vida cotidiana y nos permita vivir en un mundo más justo y equitativo. Que no se quede en el olvido.
Y mientras tanto… # YoMeQuedoEnCasa.